domingo, 18 de mayo de 2008

CINCO

Vaya la que se ha armado por culpa de un salchichón. Resulta que la enfermera Cachorro (bonito apellido para una enfermera de psiquiátrico) en horas de trabajo salió a comprar un salchichón. Lo guardó en un frigorífico que tenemos en el comedor, al que todos tenemos acceso. El salchichón desapareció por arte de magia.

La enfermera cachorro puso el grito en el cielo y habló con dirección. Dirección montó en cólera y mandó llamar al encargado de seguridad, al que por supuesto se acusó del asunto. Los de seguridad, cabreados por tener que hacer frente a tan "importante" asunto la pagaron con nosotros, los locos, principales sospechosos. Y ahí los tienen, registrando armarios, investigando taquillas. Miraron hasta debajo de las camas, con el consiguiente revuelo en los dormitorios. Se corrieron muebles, se miró detrás de cortinas y, lo mas grave, se ordenó un análisis de sangre a todos los internos para ver no se que proteína que debía tener alta el que se lo hubiera comido entero.

Cuando ya estábamos reunidos todos en fila y desnudos, esperando algún tipo de castigo corporal para averiguar quien era el autor de tamaño robo, sonó el teléfono de recepción...

- "Oye, mira, soy Marina, la auxiliar. Que resulta que el viernes, por equivocación, me he traído una bolsa que no es mía. Es un salchichón, ¿sabes?, y seguro que me he dejado una bolsa en el frigorífico con una paletilla. ¿Podríais meterla al congelador y ya el lunes la recojo?".

Y al congelador han ido tanto la paletilla como el asunto.

Luego nosotros somos los locos

INFILTRADO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suele pasar, unos son los heridos y otros se ponen las vendas.
Ja,ja,ja,ja, me encanta,
cómo escribes...!
seré yo la locura que anda suelta.
Old Tree.