domingo, 27 de abril de 2008

DOS

No he podido escribir antes. Desde que ingresé y me dieron mi habitación he estado atado a la cama por las muñecas y por los tobillos. Intenté resistirme, pero la fuerza de Gustavo y de David (los dos armarios empotrados que me han puesto de enfermeros) ha resultado ser superior a la mia. La sensación de poder mover de nuevo brazos y piernas se me antoja placentera. Da gusto poder caminar por los pasillos y estar en la sala de recreo hasta la hora de la comida. Así podré conocer a mis compañeros de "prisión" y observarlos.
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Hoy, como es domingo, todos se han relajado un poco. Parece que dejan hacer a los internos. Es verdad que nos vigilan, pero nada dicen. Yo tengo aquí mirándome a Cristina, una de las cuidadoras de mi planta. Creo que puiensa que mas que escribir, aporreo el teclado aparentando estar ocupado y escribiendo. Es simpática esta Cristina. No parece mala persona. Y desde que me ataron es ella la que me ha cuidado, me ha dado de comer, me ha aseado... Me excita pensar que me ha visto desnudo, que ha acariciado todo mi cuerpo al limpiarlo, TODO... Tiene cara de ángel y manos expertas... y su naturalidad es increible... Pero hoy, al desatarme, me ha metido en la ducha y me ha dejado solo, conmigo mismo, con mi intimidad, con mi pudor... Y la he echado de menos...
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Quien sabe, a lo mejor le pido que me ate... y me lave...
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INFILTRADO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho. Genial. Old