miércoles, 2 de septiembre de 2009

VEINTITRES

Esto va mal, va muy mal. No parece que nada de lo que aquí hago y nada de lo que aquí me hacen, sirva para mi curación. Yo sigo insistiendo, reivindicando, mi cordura. Pero el alternar con estos individuos demente, está produciendo en mi efectos que parecían poco probables, pero que inevitablemente se están dando.
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He dejado de tomar, por supuesto sin que se enteren de que lo hago, el Trankimazin. Este medicamento me abotargaba la razón y alertaba a mis fantasmas de cada reunión que mi mente convocaba.
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También he dejado la terapia. He sabido darme cuenta de que al grupo no le interesa nada de lo que yo pueda decir. Me dejo la garganta hablando, buscando las palabras dentro de mi, para ver que podemos sacar todos de ellas, y he comprendido que nadie me escucha. Todos están lo bastante locos para no oír mis lamentos y mis alegrías, mis deseos más ocultos, mis fantasías. Puedo relatar uno a uno todos mis fracasos que se han convertido en decepciones... Tal vez sea un ingenuo, como buen loco. ¿He dicho ya que yo no estoy loco?
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Infiltrado


3 comentarios:

Mar y ella dijo...

Para que quieres ser tan cuerdo,un locquito que se precie de tal prefire parecer cuerdo para disfrutar de su cuerda locura....No busques lo que ya tienes,y eso hermoso que tienes no lo empañes con mil preguntas o aceptaciones de otros,si te gusta a ti,disfrutalo en la razón de la sin razón y ya esta....

Un abrazote..

Mariella

INFILTRADO dijo...

Lo bueno de todo esto ha sido encontrarte... siempre estás ahí, siempre.

Un beso

Unknown dijo...

Para darte cuenta de esto no hace falta estar en un psiquiatrico, con vivir ya es bastante...por cierto el valium va de p.m...