ONCE

Ayer, Domingo, fue día de visita. La verdad es que a la mayoría de nosotros nos haría falta un "bis a bis", como los presos, pero aquí sólo vienen a vernos los padres y las madres, con lo que eso supone de traba para el sexo. Ayer vino mi madre por fin a verme. Y como buena madre llegó justo en el momento mas oportuno. Estaba dejándome duchar por Cristinita cuando se me anunció la visita. La ducha se convirtió en una revista militar: manos, codos, uñas, dientes... Lo que estaba siendo un agradable comienzo de orgía se convirtió de pronto en la serie típica de reproches que mi madre siempre me hace, aquí o fuera. Yo creo que viene a verme para desahogarse, para no volverse loca... Desde que murió mi padre está muy sola.

En el Psiquiátrico se respira un extraño ambiente de amor incontenible. Dicen que los locos no podemos enamorarnos, que sufriríamos por tener mermadas nuestras facultades mentales. ¿Acaso los de fuera, los cuerdos, no sufren por amor?

Por eso me he sentido espiado. Creo que algunos locos me han estado vigilando para ver a dónde y con quien iba en mis "bis a bis" particulares para luego imitarme, robándome los "amores". Lo que me trae frecuentes rechazos de mis "amigas", cosa que antes no pasaba, con el pretexto de haber quedado.

Y es que ni las locas ni los locos lo están tanto. Y ni mucho menos tienen un pelo de tonto. Lo que me queda es la sensación de haber convertido al Psiquiátrico en un cachondeo... Y eso me hace feliz.

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